Tony Robbins - poder sin limites - 15- resumen
Aqui un extracto de algunas ideas del libro pero te recomiendo comprarlo para que asi consigas obtener el máximo potencial. Un libro muy recomendado y con una excelente calidad y precio.
Jerry decidió representárselo como una gran oportunidad, como el desafío de mantenerse firme y la ocasión de aprender acerca de sí mismo mucho más que en cualquier otra circunstancia pasada. Y una oportunidad de acercarse más a Dios. Se dijo que algún día podría enorgullecerse de su conducta. Desde este marco de referencia, consideró todo cuanto le ocurría como parte de una experiencia de desarrollo personal, y salió de esa vivencia transformado total y positivamena
De manera que uno puede fijarse en lo que hizo mal o redefinir la experiencia bajo un punto de vista más amplio, que incluya lo que se ha aprendido. Cada experiencia tiene múltiples sentidos. El que cuenta es el que usted quiera destacar, como también el contenido es aquel que prefiera observar. Una de las claves del éxito consiste en hallar para cada experiencia el marco más útil, a fin de convertirla en algo que le favorezca en vez de perjudicarle. ¿Existe alguna experiencia que no pueda uno modificar? ¿Algún comportamiento que forme parte inmutable de nuestro ser? ¿Somos lo mismo que nuestra conducta, o somos los dueños de ella? Lo que más he subrayado en todos los capítulos de este libro es que usted manda. Usted dirige su cerebro. Usted produce los resultados de su vida. La redefinición del marco es uno de los medios más poderosos que existen para cambiar sus opiniones acerca de una experiencia. Eso de poner marcos a las experiencias viene haciéndolo usted desde siempre; a veces incluso cambia el marco según cambian los acontecimientos.
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En realidad, necesita usted aprender a comunicarse consigo mismo empleando tanto sentido común, voluntad y persuasión como si estuviera en una transacción comercial. Necesita ponerse a enmarcar y redefinir sus experiencias de tal manera que éstas trabajen a su favor. Para comenzar basta con hacerlo al nivel del razonamiento consciente y ponderado.
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Como se ve, el problema no está en el comportamiento mismo, sino en la aplicación que se le da. ¿Puede usted imaginar otros ejemplos de su propia vida? Todos los comportamientos humanos son útiles en algún contexto. El hábito de dejar las cosas para otro día quizá parezca uno de los más inútiles, pero ¿no sería bueno dejar para otro día las tristezas o los enfados... hasta aplazarlos indefinidamente? Practique ejercicios de redefinición de cualesquiera imágenes o experiencias que sean una fuente de preocupación para usted. Piense, por ejemplo, en una persona o en un caso de esos que se convierten en una obsesión. Usted vuelve a casa después de una jornada pésima y no consigue pensar en otra cosa sino en ese proyecto ridículo que su jefe le encargó a última hora. En vez de distanciarse de él, usted se ha traído la frustración a casa. Está mirando la televisión con sus hijos, y al mismo tiempo no deja de pensar con enfado en el «estúpido» de su jefe y en su proyecto idiota. En vez de permitir que su cerebro le amargue el fin de semana, puede aprender a redefinir la experiencia de mañera que le haga sentirse mejor. Comience por disociarse de él. Tome la imagen de su jefe y póngala en su mano. Píntele unas gafas de payaso, una narizota y un bigote. Póngale una voz chillona, de monigote de película de dibujos. Imagínele amistoso y amable, diciendo que necesita la ayuda de usted en ese proyecto: ¿no querría ayudarle, por favor? Después de ver la cuestión así, quizá podría imaginar que está ocupado, que a lo mejor no se acordó de pedirle lo que necesitaba hasta el último minuto. Tal vez recuerde alguna ocasión en que usted hizo lo mismo con otra persona. Pregúntese si esa situación tiene tanta importancia como para permitir que le estropee el fin de 353 semana, y si hay motivo para continuar preocupado por una cuestión del trabajo estando en casa.
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Retroceda mentalmente a una época en que se sintiera totalmente dueño de sus recursos y lleno de vitalidad. Retrotráigase a ese estado y experimente otra vez esas sensaciones de fuerza y confianza en sí mismo; ahora se verá a usted mismo como si estuviera rodeado de una burbuja protectora de energía radiante. Una vez dotado de esa protección, entre en su «cine mental» favorito. Busque una butaca confortable y bien situada frente a la pantalla. Luego imagine que se separa usted de su cuerpo y vuela hacia la cabina de proyección, siempre notando la burbuja protectora a su alrededor. Mire hacia abajo y véase a sí mismo sentado entre el público, mirando a la pantalla que está en blanco. Hecho esto, fíjese en la pantalla y proyecte una imagen fija y en blanco y negro de la fobia o de cualquier otra experiencia terrible que le tenga preocupado. Usted mira hacia abajo, viéndose a sí mismo sentado entre el público que observa lo que sucede en la pantalla, de lo cual, por tanto, se disocia doblemente. En tales condiciones, pase al revés la película de blanco y negro, y a gran velocidad, de modo que el motivo de su preocupación aparezca como una vieja película de aficionado o una comedia antigua. Observe las reacciones de hilaridad mientras se contempla a sí mismo entre el público que mira la película.
Vamos a avanzar un paso más. Esa parte de usted que realmente está en posesión de sus recursos, la que ha ido a la cabina de proyección, debe regresar ahora flotando a la localidad donde usted está sentado, y luego ponerse en pie y avanzar hacia la pantalla. Debe poder hacerlo en estado de mucha fuerza y confianza en sí mismo. Luego dígale a su antiguo «yo» que ha estado observándole y que se le han ocurrido dos o tres maneras de ayudarle a cambiar esa experiencia, dos o tres redefiniciones del sentido o del contenido que le ayudarán a superarlo de otro modo, ahora y en el futuro: modos que el otro «yo» más reciente, con sus percepciones actuales y más maduras, domina a la perfección
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ás elegantemente la misma necesidad. Richard Bañdler y John Grinder han elaborado un proceso de redefinición en seis fases para convertir en deseable cualquier conducta indeseable que uno tenga, manteniendo los beneficios importantes que suministraba la conducta anterior:
1. Identifique el patrón o conducta que desea cambiar.
2. Establezca comunicación con aquella parte de su mente inconsciente que genera dicha conducta. Sitúese interiormen te y hágase a sí mismo la pregunta siguiente, en actitud pasiva pero atenta, al objeto de detectar y tomar nota de cualesquie ra variaciones de sensación corporal, imagen visual o sonido que se produzcan como respuesta a su pregunta, que será la siguiente: «¿Querrá esa parte de mí que genera la conducta X comunicarse conmigo en el plano consciente?». Luego pídale a esa parte, a la que llamaremos parte X, que intensifique esa señal si quiere comunicar un sí, o que la atenúe si desea comunicar un no. Ensaye ahora la respuesta pidiéndole a esa parte que diga sí... y luego no..., a fin de poder distinguir entre ambas respuestas.
3. Separe la intención del comportamiento. Agradezca a esa parte la buena disposición para colaborar. Pregúntele luego si está dispuesta a revelarle lo que intenta hacer por us ted al generar la conducta X. Al formular tal pregunta, preste atención otra vez para detectar el sí o el no como respuesta. Tome nota de los beneficios que ese comportamiento ha producido en el pasado y dé gracias a esa parte de usted por haber cultivado unos beneficios tan importantes.
4. Crear comportamientos alternativos que satisfagan la intención. Interiorícese otra vez para ponerse en contacto con su parte más creativa, y pídale que genere tres comporta mientos alternativos que sirvan tan bien como el compor tamiento X, o incluso mejor, para satisfacer la intención de la otra parte, con la que se comunicó anteriormente. Haga que su parte creativa transmita una señal afirmativa cuando haya creado las tres conductas nuevas... A continuación, pregún tele a su parte creativa si está dispuesta a revelarle en qué consisten esas tres nuevas conductas.
5. Haga que la parte X acepte las nuevas opciones y la responsabilidad de generarlas cuando sean necesarias. Hecho esto, pregúntele a la parte X si esos tres comportamientos nuevos son por lo menos tan eficaces como la conducta X. Pregúntele ahora a la parte X si está dispuesta a asumir la responsabilidad de generar las nuevas conductas en las situaciones adecuadas en que la intención exige satisfacciones.
6. Practique una verificación «ecológica». Sitúese en su interior y pregunte si hay alguna parte que tenga algo que oponer a la negociación que acaba de tener lugar, o si todas las partes están de acuerdo en ayudarle. Pase luego al futuro e imagine una situación de las que habrían desencadenado el antiguo comportamiento, y ensaye el uso de una de las opciones nuevas para ver si continúan obteniéndose los benefi cios que usted desea. Póngase en otra situación futura de las que habrían disparado el comportamiento indeseable, y so meta a prueba otra de las nuevas opciones.
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Conviene observar que uno puede reprogramar la representación de otro por medio de técnicas como la del tris-tras y otras, pero que si nuestro paciente obtiene más beneficios del comportamiento antiguo que de las nuevas opciones recién desarrolladas, probablemente recaerá en el primero.
haga una lista de cinco de sus creatividades actuales de las que se sienta pasablemente satisfecho. Podría tratarse de relaciones que funcionan bien, de éxitos en el trabajo o de algo que tenga que ver con sus hijos o con sus finanzas. Imagínelas ahora todavía mejores. Dedique unos cuantos minutos a esta reflexión. Seguramente le sorprenderá descubrir muchas maneras de mejorar drásticamente su vida. Redefinir las posibilidades es algo que todos podemos hacer; basta con la flexibilidad mental que nos mantiene atentos a lo posible y con el poder personal para emprender la acción
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