Tony Robbins - poder sin limites - 21 - resumen







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Tony Robbins - poder sin limites - 21 - resumen

Aqui un extracto de algunas ideas del libro pero te recomiendo comprarlo para que asi consigas obtener el máximo potencial. Un libro muy recomendado y con una excelente calidad y precio. 


Tony Robbins - poder sin limites - 21 - resumen



Usted ha aprendido la importancia del modelado. Se aprende por experiencia, a través del ciclo de ensayo y error, pero se puede acelerar el proceso de modo inconmensurable aprendiendo a «modelar». Todo resultado producido por un individuo ha sido creado por una combinación determinada de acciones dentro de una sintaxis determinada. En manos del lector queda el medio para reducir el tiempo que se tarda en dominar algo, mediante el modelado de las acciones internas (mentales) y externas (físicas) de quienes consiguen resultados sobresalientes. En pocas horas, pocos días o pocos años, según cuál sea la tarea, usted dominará lo que ellos tardaron meses o años en perfeccionar. Ha aprendido usted que la calidad de su vida es la calidad de sus comunicaciones. La comunicación asume dos formas. La primera es la comunicación con uno mismo. El significado de cualquier suceso es el que uno mismo le da. Podemos enviar a nuestro cerebro señales poderosas, positivas, idóneas, para que todo trabaje a nuestro favor, o señales de prohibición, o sea las que nos persuaden de nuestra incapacidad de hacer algo. Los individuos excelentes son aquellos que pueden convertir cualquier situación en favorable, los W. Mitchell, los Julio Iglesias, los comandantes como Jerry Coffey, que de una tragedia terrible hacen un triunfo. No nos es dado volver atrás en el tiempo. No podemos cambiar lo que ya ha ocurrido; pero sí podemos controlar nuestras representaciones de modo que saquemos algo positivo para el futuro. La segunda forma de comunicación es la que tenemos con los demás. Las personas que han transformado nuestro mundo han sido artistas de la comunicación. Utilice lo que ha aprendido en este libro para descubrir lo que quieren los demás, a fin de convertirse en un comunicador eficaz y elegante, dueño de sus recursos. El lector sabe del tremendo poder de la fe. Las creencias positivas le convierten a uno en un maestro; las negativas, en un perdedor. Y ha aprendido a modificar sus creencias de tal manera que vayan de acuerdo y cooperen con sus intenciones. También sabe del poder del estado y de la fuerza de la fisiología. Ha aprendido a distinguir las sintaxis y estrategias que utiliza la gente, y cómo establecer una relación con cualquier interlocutor. Ha aprendido poderosas técnicas de redefinición de marcos y de anclaje. Sabe cómo comunicarse con precisión y habilidad, cómo evitar la «hojarasca» que sofoca la comunicación, y cómo utilizar el modelo de la precisión para dar eficacia a las comunicaciones de otros. Se le han señalado los cinco escollos principales de la ruta del éxito. Y ha aprendido algo acerca de los metaprogramas y los valores, que son los principios organizadores del comportamiento personal.

A dos cosas hay que atender en la vida: la primera, conseguir lo que uno desea; la segunda, disfrutarlo. LOGAN PEARSALL SMITH

 Puede uno sentarse en el banquillo y mirar, o levantarse y jugar. Yo le aconsejo que sea de los jugadores. Juegue esa partida. Comparta su mundo con otros. Porque cuanto más dé, más le será dado; cuanto más participe a otros lo aprendido en este libro, más le devolverán a cambio. Y asegúrese de estar en un equipo a su medida, que suponga un reto para usted. Porque es fácil perder el rumbo; es fácil saber lo que toca hacer y, sin embargo, dejar de hacerlo.

Mi primer mentor fue un hombre llamado Jim Rohn. Me enseñó que la felicidad y el éxito en la vida no son resultado de lo que tengamos, sino más bien de cómo vivamos. Lo que hagamos con lo que tenemos determina en gran medida la calidad de vida, incluso tratándose de detalles mínimos. Por ejemplo, me enseñó que debía ser hombre de dos cuartos de dólar. Esto lo refería al ejemplo del limpiabotas. Digamos que el limpiabotas sea un artista de su profesión; silba mientras trabaja y hace malabarismos con los cepillos. Es un gran valor el que así comunica. Y, como decía Jim, cuando se lleve usted la mano al bolsillo y se pregunte si debe darle un cuarto de propina o dos, decídase siempre por la cifra más alta. Con esto, además de hacerle un favor a él, se lo hará a sí mismo. Porque si sólo le diera un cuarto, más tarde, cuando se mire los zapatos y los vea relucientes, pensará: «Y eso que sólo le di un cuarto. ¡Cómo he sido tan tacaño con alguien que hizo tan buen trabajo!». Pero si le da dos, eso afectará al concepto que tiene usted de sí mismo. ¿Y si se hiciera el propósito de dejar siempre una moneda en el platillo cuando asista a una colecta? ¿Y si se comprometiese a comprar siempre alguna cosa en todas las tómbolas benéficas? ¿Y si se propusiera llamar de vez en cuando a los amigos, sin ningún motivo especial, sólo para decirles que los aprecia y para que ellos lo sepan? ¿Y si se acordase de enviar siempre una nota de agradecimiento a quien le haya hecho algún favor? ¿Y si dedicase conscientemente algún tiempo y esfuerzo a idear maneras nuevas y originales de complacer a otros y enriquecer la vida de los demás? Eso es el estilo de vida. No es el tiempo lo que falta; el problema de la calidad de vida se resuelve considerando a qué lo dedicamos. ¿Nos dejamos llevar por la rutina, o procuramos invertirlo siempre en algo original y especial?

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