Las convicciones. De las creencias a la convicciones

Tony  Robbins:

Tony Robbins, en su libro poder sin limites, nos da varios valiosos consejos para ello, son lo siguientes:

Tony Robbins:

Casi todas las semanas dirijo un cursillo de cuatro
sesiones titulado «La revolución mental»; en este cursillo
enseñamos a los asistentes muchas cosas, desde cómo regir
con más eficacia su propio cerebro hasta la manera de comer,
respirar y hacer ejercicio con vistas a maximizar la energía
personal. El primer día del cursillo, por la tarde, se organiza
un acto llamado «Del temor al poder», ya que la finalidad del
cursillo reside en que las personas aprendan a actuar en vez
de permanecer inmovilizadas por su miedo. Al término de
dicho acto se ofrece a los presentes la oportunidad de caminar
sobre un lecho de carbones encendidos, de unos tres o
cuatro metros de longitud; en los grupos más avanzados hacemos
que recorran hasta doce metros de brasas.


En cuanto a que uno esté en condiciones de andar sobrebrasas o no, la única diferencia estriba en la capacidad que tenga para comunicarse consigo mismo de tal manera que motive la acción, pese al miedo que uno tiene programado en su
fuero interno en lo relativo a las posibles consecuencias. La
moraleja es que las personas pueden hacer prácticamente
cualquier cosa si logran encontrar dentro de sí los recursos
para creer que pueden y para poner efectivamente manos a la
obra.

La primera clave para dirigir su estado y producir los resultados que desea es aprender a dirigir eficazmente su cerebro. A este fin, necesitamos entender un poco mejor cómo tunciona. Ante todo, es preciso saber cómo se crean los estados.

Si todo comportamiento es consecuencia del estado en que nos hallamos, no produciremos las mismas comunicaciones y conductas desde un estado que libere todos nuestros recursos, que desde un estado de impotencia. Entonces la pregunta siguiente es: ¿quién crea el estado en que nos hallamos? En el mismo podemos distinguir dos componentes principales: el primero, nuestras representaciones internas; el segundo, nuestras condiciones fisiológicas y el empleo que llagamos de ellas. El cómo y el porqué se representa uno las cosas, además del cómo y el qué se dice uno a sí mismo ante Lina situación dada, crean el estado en que se encuentra y, por tanto, los tipos de comportamiento que produce. Por ejemplo: ¿cómo trata usted a su esposa, o esposo, o amante, cuando ella o él vuelven a casa mucho más tarde de lo que prometieron? Pues depende. Es decir, que el comportamiento de usted dependerá mucho del estado en que se encuentre al producirse el retorno de la persona en cuestión, y dicho estado, a su vez, dependerá de las cosas que usted se haya representado en su mente, por lo que toca al motivo de la ausencia.

Si asumimos el control de nuestras comunicaciones con nosotros mismos y suscitamos señales visuales, auditivas y cenestésicas de lo que deseamos, se producirán habitualmente resultados de signo positivo, incluso en situaciones en que las probabilidades de éxito parecían escasas o nulas. Los directivos, entrenadores, padres de familia y motivadores más influyentes y eficaces son los que se representan y representan a otros las circunstancias de la vida de tal modo que transmiten señales triunfales al sistema nervioso incluso cuando los impulsos externos parecerían irremediablemente negativos. Así se mantienen y mantienen a otros en condiciones de total dominio de sus recursos, lo que les permite el esfuerzo hasta que triunfan.

Tomey, entrenador del equipo de rugby de la Universidad de Hawai. Es un hombre que sabe cómo las representaciones internas de las personas influyen en su rendimiento
al descanso con un 22-0 en contra.
 sacó un tablero con una colección de recortes de prensa que había reunido durante varios años. Todos aquellos artículos hablaban de equipos que, después de perder por tanteos igual de abultados o más, habían dado la vuelta al resultado en grandes exhibiciones de moral. Hizo
que sus jugadores leyeran aquellos artículos y logró inspirarles una fe totalmente nueva, una creencia en la posibilidad de rehacerse. Y esa creencia (representación interna) generó en ellos un estado neurofisiológico totalmente distinto. ¿Qué pasó? Pues que el equipo de Tomey jugó la segunda mitad como nunca; los de Wyoming no lograron ni un solo tanto más y el partido acabó en un 22-27'. Lo consiguieron porque él logró cambiar sus representaciones internas, sus creencias acerca de lo que era posible.

Tony Robbins - poder sin limites: no hay poder como el del estado de plenitud de recursos. No necesitaba luchar consigo mismo para recordar lo que tocaba hacer. Instantáneamente dominaba todo lo necesario. Hasta entonces sólo le había faltado saber cómo destapar esa fuente. Recuerde que el comportamiento humano es el resultado del estado en que uno se encuentra. Si ha logrado alguna vez un acierto, podrá reproducirlo siempre mediante el procedímiento de asumir las mismas acciones mentales y físicas que entonces.

la clave para obtener los resultados que uno desea consiste en representarse las cosas de manera que uno se sitúe en un estado de plenitud tal que, plenamente dueño de sus recursos, pueda asumir acciones de la especie y calidad que se necesita para alcanzar aquellos resultados.

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