CURSO COMPLETO DE MINDFULNESS - 1 de 64

CURSO COMPLETO DE MINDFULNESS - 1


01. No me identifico con la mente

 No te creas lo que dice la mente


No identificarse con la mente. No pensamos nosotros piensa nuestro cerebro.

En la mente, de forma autonoma e involuntaria se crean espontáneamente pensamientos. Aparecen muchos pensamientos y eso no significa que los tengamos que creer, ni que sean ciertos. A este tipo de pensamientos se le llama mente pensante o mente de mono. Y no tiene porque ser lógica ni racional. La otra mente, la intelectual se le llama mente funcional.

Este ruido mental incesante nos impide encontrar ese reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea un falso ser hecho por la mente que arroja una sombra de temor y de sufrimiento.

El fin de la temible esclavitud del pensamiento incesante. ¡Qué increíble liberación!.
La identificación con su mente crea una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquea toda relación verdadera. 

 La mente lo está usando. Usted está identificado inconscientemente con ella, de forma que ni
siquiera sabe que es su esclavo. Es casi como si usted estuviera poseído sin saberlo y por lo tanto toma a la entidad que lo posee por usted mismo. El comienzo de la libertad es la comprensión de que usted no es la entidad que lo posee, el que piensa. Saber esto le permite observar a esa entidad. En el momento en que usted empieza a observar al que piensa se activa un nivel más alto de conciencia. Entonces usted comienza a darse cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento.

También se da cuenta de que todo lo que importa verdaderamente - la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interior - surgen de un lugar más allá de la mente. Usted comienza a despertar.

La mente es como una pizarra donde escribe frases, palabras de recuerdos, etc. Lo beneficioso y lo que da la paz, es borrar esa pizarra, y no leerla.

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Enrique Martinez Lozano:
El momento crítico se produce en el instante mismo en que somos capaces de tomar distancia de la mente y, por tanto, de observarla. A partir de allí, no solo hemos hecho el descubrimiento crucial en todo este proceso -la mente es solo un “objeto”, no mi identidad—, sino que se habrá iniciado el camino de la libertad de nuestro peor tirano: las necesidades y los miedos del yo.
Según un dicho indio profundamente sabio, la mente es un tigre imposible de vencer en su propio terreno; sin embargo, en cuanto sales de él, descubres que es un tigre... de papel. Esto explica que, mientras dure la identificación con ella, jamás podremos liberarnos de su dominio; enroscados en el yo, con el que permanecemos identificados, veremos la realidad y reaccionaremos a ella según sus propias pautas.

La mente es un siervo maravilloso, pero un amor terrible. Joan Borysenko

Pablo de Ors:
Todo sucedió como expondré a
continuación: al meditar constaté cómo
cuando me detenía en alguno de mis
pensamientos, este se desvanecía (algo
que, ciertamente, no sucedía cuando
miraba a una persona, cuya consistencia
es independiente de mi atención). A mi
modo de entender, esto demuestra que
los pensamientos son escasamente
fiables mientras que las personas, por el
contrario, aunque solo sea porque tienen
un cuerpo, lo son en un grado bastante
mayor. Decidí entonces que, en adelante,
no pondría mi confianza en algo que se
desvanecía con tanta facilidad. Decidí
dejarme guiar por lo que permanece,
puesto que solo eso es digno de mi
confianza. ¿En qué confío yo? Esta es,
según presiento, la gran pregunta.
Aceptar esta constante mutabilidad
del mundo y de uno mismo no es tarea
fácil, principalmente, porque hace
inviable cualquier definición que sea
cerrada.


Mi mente no soy yo
 Yo no soy mi cuerpo; soy más. Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato; eso no soy yo. La mente que piensa tampoco soy yo. Si nada de eso soy, entonces ¿quién soy? La conciencia que permanece, eso soy..  
Ramana Maharshi

La mente es independiente, va a su bola, es como un mal amigo o conocido, que antes de que te des cuenta ya te ha dicho un comentario desagradable. Comentario que nadie le ha pedido. La mente sin que se lo pidas te trae un pensamiento desagradable. Te da un tartazo en la cara con el pensamiento, y si no estas atento al quite, y a darlo con un palo, antes de que te del tartazo. Si estas mas lento entonces intentaras desviarte de la trayectoria de la tarta. Si estas aun mas torpe, la tarta, el pensmiento te da. Y sufres la incomodidad de estar pringado. El problema es que esa tarta puede ser muy lesiva.
La mente es como una television, donde quien hace zaping es la mente, sin que tu quieras. Pero si tienes la opción de desenchufar la tv, y eso se logra dejando de mirar la pantalla.

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