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01. No me identifico con la mente. No te creas lo que dice la mente

A la mente le gusta usar la negatividad porque cree que es util.

No identificarse con la mente. No pensamos nosotros piensa nuestro cerebro. En la mente, de forma autónoma e involuntaria se crean espontáneamente pensamientos. Aparecen muchos pensamientos y eso no significa que los tengamos que creer ni que sean ciertos. A este tipo de pensamientos se le llama mente pensante, mente errante o mente de mono. Y no tiene porque ser lógica ni racional.

La otra mente, la intelectual se le llama mente funcional.

Observa la mente con distancia. Dando un paso atrás.

Imagina un cine futurista donde al sentarte cerca de la pantalla la película resulta muy realista. Hasta sientes que estas dentro de la película. Pero si te vas al fondo de la sala y miras la pantalla desde el pasillo. Desde ahí, ves a la gente sentada, la pantalla de cine desde una perspectiva lateral, ves todo en conjunto sin zambullirte y entrar dentro de la película, con distancia. Ya no te crees que estas dentro de la película.

El poder del ahora. E.Tolle: 

Este ruido mental incesante nos impide encontrar ese reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea un falso ser hecho por la mente que arroja una sombra de temor y de sufrimiento.

El fin de la temible esclavitud del pensamiento incesante. ¡Qué increíble liberación! La identificación con su mente crea una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquea toda relación verdadera.

La mente lo está usando. Usted está identificado inconscientemente con ella, de forma que ni siquiera sabe que es su esclavo. Es casi como si usted estuviera poseído sin saberlo y por lo tanto toma a la entidad que lo posee por usted mismo. El comienzo de la libertad es la comprensión de que usted no es la entidad que lo posee, el que piensa. Saber esto le permite observar a esa entidad. En el momento en que usted empieza a observar al que piensa se activa un nivel más alto de conciencia. Entonces usted comienza a darse cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento.

 También se da cuenta de que todo lo que importa verdaderamente - la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interior - surgen de un lugar más allá de la mente. Usted comienza a despertar.

La mente es como una pizarra:

donde escribe de forma automática frases, palabras de recuerdos, etc. Lo beneficioso y lo que da la paz es borrar esa pizarra y no leerla.

Observar la mente con distancia. Donde hay mente observada no hay sufrimiento.

Querer entender la realidad desde la mente, no funciona. Desde el pensamiento encontraremos el filtro de la mente, que nos provocara más lio. Desde la No mente y desde la observación de la mente con distancia, encontraremos más la verdad.

Enrique Martinez Lozano, Crisis, crecimiento y despertar:

El momento crítico se produce en el instante mismo en que somos capaces de tomar distancia de la mente y, por tanto, de observarla. A partir de allí, no solo hemos hecho el descubrimiento crucial en todo este proceso -la mente es solo un “objeto”, no mi identidad—, sino que se habrá iniciado el camino de la libertad de nuestro peor tirano: las necesidades y los miedos del yo.

Según un dicho indio profundamente sabio, la mente es un tigre imposible de vencer en su propio terreno; sin embargo, en cuanto sales de él, descubres que es un tigre... de papel. Esto explica que, mientras dure la identificación con ella, jamás podremos liberarnos de su dominio; enroscados en el yo, con el que permanecemos identificados, veremos la realidad y reaccionaremos a ella según sus propias pautas.

La mente es un siervo maravilloso, pero un amo terrible. Joan Borysenko

Pablo de Ors. Biografía del silencio:

Todo sucedió como expondré a continuación: al meditar constaté cómo cuando me detenía en alguno de mis pensamientos, este se desvanecía (algo que, ciertamente, no sucedía cuando miraba a una persona, cuya consistencia es independiente de mi atención). A mi modo de entender, esto demuestra que los pensamientos son escasamente fiables mientras que las personas, por el contrario, aunque solo sea porque tienen un cuerpo, lo son en un grado bastante mayor. Decidí entonces que, en adelante, no pondría mi confianza en algo que se desvanecía con tanta facilidad. Decidí dejarme guiar por lo que permanece, puesto que solo eso es digno de mi confianza. ¿En qué confío yo? Esta es, según presiento, la gran pregunta.

Aceptar esta constante mutabilidad del mundo y de uno mismo no es tarea fácil, principalmente, porque hace inviable cualquier definición que sea cerrada.

Ramana Maharshi:

Mi mente no soy yo. Yo no soy mi cuerpo; soy más. Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato; eso no soy yo. La mente que piensa tampoco soy yo. Si nada de eso soy, entonces ¿quién soy? La conciencia que permanece, eso soy. 

La custodia del corazón:

Fuente:

https://teandrico.wordpress.com/2015/01/23/juan-casiano-y-evagrio-pontico-como-combatir-nuestros-demonios-interiores-y-poseer-una-mente-serena-y-apta-para-la-vida-espiritual/

Según los Padres del desierto, los pensamientos no controlados son el origen de ciertas enfermedades del alma. Ellos identificaron ocho enfermedades noopsíquicas, de origen espiritual, clasificadas por Evagrio: la codicia de cualquier tipo, la relación patológica con el sexo, la relación patológica con el dinero, la tristeza, la agresividad, la acedia (dolor del alma expresado por el aburrimiento, la pereza), la vanidad y el orgullo.

Estas ocho enfermedades genéricas tienen un origen patológico: el narcisismo, que los Padres llaman filautía, es decir, exceso de amor propio.

Una de las causas de estos pensamientos considerados perturbadores es la imaginación. La imaginación no controlada da lugar a visiones que a veces ocupan nuestras mentes hasta el punto de invadirnos.

 “La imaginación nos lleva a elaborar películas interiores que no siempre son justas ni pacíficas”, resume Jean-Guilhem Xerri

Los medios indispensables para la custodia del corazón son la observación atenta de los pensamientos y el discernimiento entre los que son buenos y reparadores, y los que son fuente de distracciones u obsesiones.

El objetivo es ganar en libertad y lograr la impasibilidad, la capacidad de no ser dominado por los pensamientos.

La custodia del corazón, ¿ancestro de la meditación?

En la actualidad, las ciencias cognitivas se unen al diagnóstico establecido por los Padres del desierto con respecto a las enfermedades del alma, en plena expansión hoy en día, así como a las terapias que ya recomendaban ellos hace 2.000 años.

Evagrio dijo: “Presta atención a ti mismo, sé el guardián de tu corazón y no permitas que ningún pensamiento entre en él sin cuestionarlo”.

Porque, según precisa Jean-Guilhem Xerri, “los Padres del desierto constatan que los pensamientos sanos conducen a un estado pacífico, los otros, a un estado turbado”.

Evagrio en su «Tratado Práctico», en el cual puntualiza detalladamente los ocho pensamientos fundamentales que invaden la mente humana continuamente y no la dejan ver la realidad en cuanto tal. Dichos ocho pensamientos son: la avidez o la gula, la lujuria, la avaricia, la tristeza, la ira, la acedia, la vanidad y el orgullo.

Evagrio Póntico y a Juan Casiano al estudio minucioso y casi escrupuloso del «misterioso» corazón humano. Estos filósofos del desierto, como los llama el monje e historiador García Colombás, conocían bastante bien lo que la psicología moderna llama «subconsciente», como lo demuestra Evagrio cuando advierte: «Muchas pasiones están escondidas en nuestra alma y escapan a la atención; cuando sobreviene el impulso, ya sea de la ira, la tristeza o la soberbia, se ponen de manifiesto». Evagrio enseña que ante tales pasiones debemos ser como médicos que simplemente las observan con la mayor ecuanimidad, sin reaccionar, ni identificarse con ellas; con tal observación ecuánime se logra descomponer la confusión en sus diferentes elementos, a fin de no perder la cabeza viendo el mal donde no existe. El interés primordial de Evagrio y Casiano y de los demás Padres del Desierto era tratar de mantener claro y lúcido el «mundo interior» con el fin de lograr la pureza de corazón (puritas cordis), a través de la «oración pura» y continua, y la «apatheia» o sabiduría ecuánime del espíritu.

     En la espiritualidad del monacato primitivo desempeñaba, además, un papel fundamental la «népsis», que significaba estar atento, sobrio y vigilante. Es un método espiritual que tiene como objetivo estar alerta ante los impulsos que surgen del «continuo de consciencia» que se adhiere continuamente a emociones y pensamientos pasajeros que impiden ver la realidad en cuanto tal, y nublan la visión y atención del ser humano. Un ejemplo de esta «népsis» la podemos ver en el prólogo de uno de los breves tratados de Evagrio, el Antirrhetikós (método refutatorio): «Sé un portero de tu corazón (mente), y no dejes entrar algún pensamiento (emoción o concepción), sin interrogarlo. Interroga con el silencio cada simple pensamiento y dile: ¿Eres uno de nosotros o uno de nuestros adversarios? Y si es uno de casa, te colmará de sabiduría, si en cambio es del enemigo, te confundirá con la ira, la acedia, la tristeza, la soberbia, o la confusión, y te perturbará con un deseo».

A la mente le gusta usar la negatividad porque cree que es útil. El poder del ahora. E.Tolle:

El ego cree que por medio de la negatividad puede manipular la realidad y conseguir lo que quiere. Cree que por medio de ella puede atraer una condición deseable o disolver una indeseable. Un Curso sobre Milagros señala con razón que, siempre que usted es infeliz, existe la creencia inconsciente de que la infelicidad le "compra" lo que quiere. Si "usted" - la mente - no creyera que la infelicidad funciona, ¿por qué la crearía? El hecho es, por supuesto, que la negatividad no funciona. En lugar de atraer una condición deseable, impide que surja. En lugar de disolver una indeseable, la mantiene en su lugar. Su única función "útil" es que refuerza el ego y por eso al ego le encanta.

Una vez que usted se ha identificado con alguna forma de negatividad, no quiere abandonarla y en un nivel profundamente inconsciente, no quiere un cambio positivo. Amenazaría su identidad de persona deprimida, iracunda, difícil. Entonces usted ignorará, negará o saboteará lo positivo de su vida. Este es un fenómeno común. Es también demencial.

La mente puede actuar como un cristal parabrisas:

La mente puede actuar como un cristal parabrisas. Si esta sucio, vemos el exterior del coche a través de un vidrio borroso, todo sin claridad, sin calidad, de forma negativa. Ahí hemos hecho una interpretación negativa, un pensamiento negativo.

De repente si tienes la suerte de tener una idea positiva que es una lectura distinta y le suena bien e inteligente a la propia mente, entonces el cristal en un momento se limpia, todo es nítido y claro.

ejemplo:

Veía el otro día una canal de videos de autocaravanas. Una chica contaba que habían pasado la noche en un camping. Durante la noche les habían robado una silla, una tumbona que tenían fuera.

Al desayunar se dan cuenta de ello. Lo que les genera una cierta molestia. La chica se pregunta ¿ por qué me habrán robado? ¿ por qué no la habré guardado dentro de la caravana?

La chica dice de repente: si la han robado, es que la necesitaban.

Con esta lectura, la sensación mental cambia por completo.

ejemplo:

El otro día fui a hacer unas actividades, recorrí uno cuantos km en coche, y tenía la ilusión de que el lugar seria increíble, allí quería consultar unos libros. Y cuando llegue, el sitio no me gusto, habia poca luz y no era algo moderno como me imaginaba. Me empecé a sentir ridículo porque había planificado una idea que parecía equivoca.

De repente, pensé, esto no es lo ideal y eso hace q me cueste más esfuerzo. Esa inversión de esforzarme me hace salir de la zona de confort. Con esta relectura, el cristal mental se limpia y tiene claridad.

Según la lectura que hagas, tu forma de ver algo cambia por completo.

Imagina que estas dentro de una caravana. Si los cristales están sucios ves todo borroso.

Ahora de repente los limpias y ves todo nítido. No solo eso, si sacas la cabeza por la clarabolla ves el exterior sin filtros. Observas que hace un dia soleado, precioso.

Según nuestra lectura mental vemos quizás todo mal. Si tenemos el acierto de hacer una nueva lectura acertada, los cristales se limpian y ves todo distinto. Si a la mente le gusta esa nueva lectura que has encontrado, de repente lo ves bien.

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