LA CLAVE ES COMO ME COMUNICO CONMIGO MISMO.
Extracto Libro. Enrique Martinez Lozano. Crisis, crecimiento y despertar:
El lenguaje no solo
describe, sino que crea nuestra realidad, afectando a las emociones y los
estados de ánimo. Basta que una persona cambie la frase “esto es algo
espantoso”, por “esto es un inconveniente”, para que note, aunque sea
ligeramente, un cambio en su mundo emocional. El propio doctor Alonso refiere
un experimento reciente en el que a un grupo se le pidió que observara una
serie de palabras de tipo negativo que se les iban proyectando: “imposible”,
“complejo”, “insuperable”, “peligroso”, “desagradable”, “atemorizador”; y se
les tomó una muestra de la saliva. A continuación, se modificaron las palabras
por estas otras: “posible”, “superable”, “accesible”, “capaz”, “valioso”; y se
volvió a tomar la muestra. Los resultados fueron notables: en el primer ejercicio,
el grupo presentó un marcado aumento de cortisol; en el segundo, un descenso.
Usar palabras llenas de negatividad, no solo no nos va a ayudar a resolver los
problemas, sino que nos lo va a hacer mucho más difícil. Las palabras tienen el
poder de “crear” realidades, más aún, si tenemos en cuenta que el inconsciente
no tiene sentido del humor, y que al ego le encantan las exclamaciones
(exageraciones), en las que busca fortalecerse, aunque sea con la negatividad;
en realidad, lo que está consiguiendo con ello es incrementar el problema y la
dificultad de superarlo.
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