Hay personas que una vez han alcanzado su objetivo de peso ideal se fijan nuevos objetivos más ambiciosos.
Y cuando los alcanzan quieren otros nuevos.
Se puede entrar en un bucle de querer más y
más, creándose una obsesión por un
físico idealizado, donde habrá más sufrimiento que beneficios.
Las fotos
de las redes sociales nos influyen y queremos tener un cuerpo similar. Estamos
dispuestos a dedicar un enorme esfuerzo
en ello.
Detrás de
las fotos, en muchas ocasiones hay
bastante irrealidad. Semanas de una
preparación extrema y nada saludable, hasta adquirir un físico para hacer unas
fotos. Se consigue un porcentaje
graso muy bajo, pero que solo dura unos
días y representan una realidad distorsionada.
Otras
personas llevan una vida poco saludable con un objetivo estético. Y reconocen
que cuanto mejor están por fuera peor se encuentran peor por dentro a nivel de salud y emociones.
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