Tenemos
unos almacenes de glucosa para acumular energía, que llamamos depósitos de glucógeno. Y tenemos
varios que se encuentran en los músculos e hígado.
Al igual
que cuando guardamos sillas en un
lugar, las plegamos para que ocupen
menos espacio, la glucosa se acumula
como glucógeno, que son cadenas,
agrupaciones de glucosa.
Contra más hidratos comemos los depósitos más se llenan. Si durante varios días ingerimos grandes
cantidades de hidratos, los
depósitos de glucógeno se llenarán por completo. Y tendremos mucha energía
disponible.
Los deportistas, antes de una prueba física muy exigente, hacen una
carga de hidratos de carbono. Los días previos, llenan los depósitos de
glucógeno para tener una enorme cantidad de energía disponible.
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