En la
tierra donde se cultiva el arroz hay arsénico, lo que implica que el arroz que
consumimos contenga una pequeña cantidad.
Por ello,
es conveniente lavar el arroz, lo que hará que se elimine gran parte del
arsénico.
Se puede
dejar en remojo el arroz durante horas y después aclararlo con agua varias
veces.
Cocer el
arroz con un exceso de agua, y tras la cocción eliminar el agua sobrante,
supondrá que también se elimine arsénico.
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