fuente:
Antonio Blay Fontcuberta, del “Curso de psicología de la autorrealización”.
Lo más difícil de ver en todo esto es que la persona no se da cuenta de que está viviendo una fantasía mental, no se da cuenta de que está viviendo en un mundo de creencias psicológicas; está creyendo que está viviendo la realidad.
Y no vive la realidad, vive sus ideas, sus interpretaciones, y todo lo está viviendo en función de sus ideas y sus interpretaciones. Y claro, en la medida en que interpreta que algo es un peligro para su yo-ideal, inmediatamente surge el miedo; por lo tanto, la posibilidad de una crítica, la posibilidad de un rechazo, la posibilidad de un abandono, todo esto, ya está activando el miedo, miedo que a su vez tiende a despertar o la huida o el ataque.
Por eso todo el mundo anda por el mundo como en pie de guerra; apenas rascas un poquito sale enseguida esa necesidad de defenderse, porque la persona vive como si realmente estuviera en peligro psicológicamente. Y en la medida en que yo esté viviendo metido en esas estructuras esto es inevitable. Y entonces, la persona puede considerar justificado decir o hacer las barbaridades más grandes, porque en su mente realmente hay una ofensa tremenda o hay un riesgo tremendo.
Todo lo que se vive normalmente con el nombre de dignidad y no sé cuántas formas, no son nada más que adornos de esta identificación con un yo-ideal. Nadie vive la realidad directa; los niños pequeños la viven, las personas muy sencillas la viven, los animales la viven. Y por esto, cuando uno se da cuenta de toda la sofisticación que se está viviendo, de toda la falsificación que se está viviendo, ver la naturaleza, ver animales, ver niños pequeños o ver algún particular ser humano es una maravilla; porque allí estás viendo la verdad, sin mistificaciones, sin falsedades, estás viviendo algo que es auténtico; puede ser muy pequeño, muy concreto, muy relativo, pero es totalmente auténtico, y es maravilloso.
Y hay personas en las que en determinados momentos surge lo auténtico; pero es rarísimo, y se ve en el niño cuando está pasando de una fase de ser auténtico a una fase de tratar de ser el modelo que se obliga a ser. Cuando él realmente es él y cuando está tratando de quedar bien, de parecer bien, es terrible ver cómo se va perdiendo, ver cómo se va agostando algo vivo, algo que tiene una calidad porque viene del infinito.
Realizarse es descubrir la realidad que uno es detrás del error que uno vive. Y si uno no descubre el error, no puede vivir la verdad; la verdad no es algo a adquirir, la verdad es lo que queda cuando quito el error que he superpuesto. La verdad salta a la vista por ella misma cuando quito los obstáculos que la cubren; y los obstáculos que la cubren son todas mis creencias, todos mis miedos, mis deseos, toda esta superestructura que se ha ido poniendo encima.
Sólo cuando yo pueda quitar, disolver, todo eso, lo que soy surgirá de un modo evidente, inevitable. Pero mientras yo, sin quitar eso, esté tratando de descubrir una verdad, una identidad, un dios, un amor, lo que sea, no estoy nada más que liando más toda la cosa…
Pregunta: Decías que todos los problemas psicológicos surgen de ir en contra del yo-idea o yo-ideal. Pero a mí hay veces que me viene el miedo y la angustia aunque esté consciente de mi yo-experiencia y deje de lado el yo-idea y el yo-ideal.
Respuesta: Te vendrá el miedo y la angustia cuando pretendes dejar de lado pero no lo dejas de lado. Porque, al fin y al cabo, en la medida en que sigas creyendo que eres el personaje que crees ser, has de proteger ese personaje que crees ser; es algo natural, es inevitable. En el momento en que tú te crees el personaje, toda tu vida se organizará alrededor de ese personaje y al servicio de este personaje que crees ser; y aunque de momento creas apartarlo, lo apartas un poquito pero sigue estando ahí. Hay que disolverlo, no hay que reprimirlo, hay que ver su falsedad. Lo erróneo solamente se disuelve viendo que es erróneo, viéndolo a conciencia.
Y este es el otro aspecto que os decía: por un lado, división de la unidad y por otro lado, la superposición de errores. De esto está hecha la desgracia humana: división de lo que es uno (en virtud de actitudes mentales) y, encima de esta división, superponer una ideas que son erróneas, que son falsas.
fuente:
Antonio Blay Fontcuberta, del “Curso de psicología de la autorrealización”.
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