Tony Robbins - poder sin limites - resumen capitulo 6 parte 2


Tony Robbins - poder sin limites - resumen

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Tony Robbins - poder sin limites - resumen capitulo 6

como cambiar las representaciones internas

ejercicio 1. Descubrir las submodalidades de una experiencia que te resulto motivante

Este ejercicio lo puedes hacer por ejemplo el lunes. Es mejor que no pases al ejercicio 2 hasta el martes, de esta forma comprenderás mejor la dinamica. Durante algunos momentos del lunes, piensa en algo que te resulto motivante, alguna experiencia, situación. Y fijate para descubrir las submodalidades de color, movimiento, audio, textura, etc, que visualices al pensar en esa experiencia que fue tan gratificante y motivadora.

Piensa en alguna experiencia que hiciste, visualizala, y fijate como es esa imagen o video.
Ahora vamos a practicar otro ejercicio. Esta vez, piense en algo de su experiencia que hizo estando totalmente motivado. Relájese y fórmese una imagen mental, lo más clara posible, de aquella experiencia
 Mientras contempla usted la imagen, ¿ve una película o una instantánea? ¿Está en color o en blanco y negro? ¿Es una escena cercana o alejada? ¿A la derecha, a la izquierda o en el centro? ¿Arriba, abajo o en medio de su campo de visión? ¿Es una situación asociada (es decir, vista por usted con sus propios ojos), o disociada (o sea, vista como si fuese usted un espectador externo)? ¿La imagen está limitada por un marco, o es un paisaje sin unos términos definidos? ¿Es Brillante o apagada, oscura o luminosa? ¿Aparece nítida o desenfocada? Mientras practica usted este ejercicio, vaya fijándose en las submodalidades más fuertes para usted, es decir en las que destacan con más fuerza cuando piensa en ellas.

 Cuando asiste a la escena, ¿oye su propia voz o las de otros protagonistas? ¿Se trata de un diálogo o de un monólogo? Los sonidos que oye, ¿son fuertes o tenues? ¿Varían las inflexiones o se caracterizan por su monotonía?

vaya adquiriendo conciencia de sus propias modalidades, aprenderá a mejorar sus percepciones por medio de lo que se llama la «superposición». Esto significa que si uno es un tipo predominantemente auditivo, por ejemplo, para recobrar una experiencia le convendrá empezar por evocar todas las sugestiones acústicas. Es decir, al principio recordaría lo que oyó en tal situación. Una vez puesto en ella y establecida una representación interna rica y potente, es mucho más fácil trasladarse al marco de referencia óptico para elaborar las submodalidades visuales o al marco cenestésico para experimentar las submodalidades táctiles y propioceptivas.

ejercicio 2. Pensar en experiencia que no motiva y modificar sus submodalidades para igualarlas a las submodalidades de una experiencia si motivadora


El lunes, hiciste el ejercicio 1, donde descubriste como son tus submodalidades positivas. Aprendiste como es el formato de esas submodalidades que representan la experiencia motivadora.

El ejercio del martes, es el ejercicio 2. Se trata de pensar en un reto que tengamos para el cual no tenemos motivacion. Durante el martes, obserbaremos como son las submodalidades relacionadas a este reto poco motivador. Apreciaremos como es el formato de estas submodalidades no motivantes. Es un video, es una imagen, es brillante ?

Tony Robbins:

Bien, pues después de ver y experimentar la estructura de algo que en su tiempo nos motivó fuertemente, vamos a pensar en alguna otra cosa para la cual nos gustaría estar fuertemente motivados, pero que en el momento presente no nos inspira ninguna afición especial ni motivación alguna para hacerla. Una vez más, formemos la imagen mental. Y luego, repitámosnos las mismas preguntas. Pero ahora prestaremos especial atención a las diferencias entre las respuestas, en comparación con el caso de la acción fuertemente motivada. Por ejemplo, mientras contempla la imagen mental, ¿ve una película o una instantánea? Y así sucesivamente, en un repaso .i todo el cuestionario de la submodalidad visual. Luego pasaremos revista a las submodalidades auditiva y cenestésica. Mientras tanto, anotaremos otra vez cuáles son las submodalidades más potentes, las que encierran más potencialidades para modificar nuestro
estado

Imagine su cerebro como una pantalla de televisión, con la imagen partida, y observe las dos imágenes al mismo tiempo. Hay diferencias entre las submodalidades, ¿no es cierto? Era fácil preverlo, por supuesto, ya que diferentes representaciones producen diferentes tipos de resultados en el sistema nervioso

Ahora tomemos lo que hemos aprendido acerca de las clases de submodalidades que nos motivan y, paso a paso, reajustemos las submodalidades de la cosa que todavía no tenemos ganas de hacer (experiencia 2), de manera que se igualen con las de la cosa que nos motiva (submodalidades de la experiencia 1). Estas ultimas, lo repito, pueden ser diferentes según la persona, pero lo más probable es que la imagen de la experiencia 1 sea más brillante que la de la experiencia 2. Asimismo será más nítida y cercana. Le pido que se fije bien en las diferencias entre la una y la otra, y que manipule la segunda representación de modo que vaya pareciéndose más a la primera. No olvide hacer lo mismo con las sugestiones auditivas y las cenestésicas. Hágalo ahora. ¿Qué le parece ahora la experiencia número 2? ¿Se siente más motivado por ella? Así debería ocurrir, si ha igualado con cuidado las submodalidades de la experiencia 1 con las de l.i experiencia 2 (por ejemplo, si la 1 se representaba como una película y la 2 como una foto fija, convierta usted la experiencia 2 en una película); continúe este proceso con todas las submodalidades visuales, auditivas y cenestésicas. Cuando descubra usted los «actuadores» concretos (submodalidades) que producen en usted un estado deseable, podrá vincular esos actuadores a los estados indeseables para cambiarlos de signo en un instante. Recuerde que las representaciones internas similares crearán estados o sensaciones similares. Y que tales estados o sensaciones desencadenarán acciones similares. Por tanto, si usted averigua concretamente lo que le hace sentirse motivado a favor de algo, sabrá exactamente qué debe hacer ante cualquier experiencia para sentirse motivado siempre que quiera; y de tal estado de motivación hay que partir para que las acciones sean eficaces.

 He tenido ocasión de trabajar, por ejemplo, con un muchacho que no estaba motivado en lo más mínimo para ir a la escuela. La mayor parte de las submodalidades visuales le dejaban frío. En cambio, cuando se decía ciertas palabras a sí mismo en un tono de voz determinado, inmediatamente nacía en él la motivación para ir al colegio.



Bastó cambiar esas dos submodalidades y me vi en disposición de hacerle pasar del estado desmotivado o de contrariedad al motivado. Lo mismo puede conseguirse con la comida. Una de mis clientes adoraba el chocolate por su textura, su cremosidad y suavidad, y odiaba en cambio la uva de mesa por ser crujiente. Todo lo que hice fue sugerirle que se representase el acto de comer uva despacio, mordisqueándola poco a poco y dejando que se deshiciera en su boca para apreciar la suavidad de la textura 

Un modelador auténtico no descansa nunca en su curio- sidad acerca de cómo los demás producen cualquier resultado mental o físico.

Algunos vienen, por ejemplo, a solicitar mis consejos diciendo: «¡Estoy tan deprimido!». Yo no les pregunto nunca: «¿Por qué está usted deprimido?», para que como respuesta me representen y se representen a sí mismos por qué lo están, ya que eso precisamente los arrojaría a la depresión. A mí no me interesa averiguar por qué están deprimidos sino cómo se deprimen, y por eso les pregunto: «Y ¿cómo lo hace?». Por lo general, la contestación es una mirada de sorpresa, ya que la gente no sabe que para estar deprimido haya que hacer unas cosas muy determinadas en la mente y en la fisiología de uno. Entonces pregunto: «Si yo estuviera en su piel, ¿cómo haría para sentirme deprimido? ¿Qué imaginaría? ¿Qué me diría a mí mismo, y qué tono emplearía para decirlo?». Estos procesos crean acciones mentales y físicas determinadas y, por tanto, unos resultados emocionales determinados. Si uno logra cambiar la estructura de un proceso, éste puede convertirse en otra cosa y el resultado ser distinto de la depresión.

 Ejemplo: ¿cómo llega usted a sentirse frustrado o deprimido? ¿Se fija en algo para hacer de ello un castillo en su mente? ¿Se habla constantemente a sí mismo en un tono de voz triste?

Se forma imágenes brillantes? ¿Son de movimiento rápido o lento? ¿Qué tono de voz emplea entonces para hablar consigo mismo? Suponga que a Fulano le gusta, a todas luces, su trabajo. A usted no, pero le gustaría que así fuese. Descubra lo que hace Fulano para crear tal sensación. Usted mismo se sorprenderá al comprobar lo poco que cuesta cambiar.

 En fin de cuentas, la frustración, la depresión o el éxtasis no son objetos materiales. Son procesos creados por determinadas imágenes y soni133 dos mentales, así como por actos físicos, todo lo cual controla usted consciente o inconscientemente

 Si le encanta el reto que le proporciona su trabajo profesional, pero odia hacer la limpieza doméstica, puede optar por una de estas dos soluciones: poner un anuncio en busca de una empleada, o fijarse en la diferencia entre cómo se representa usted el trabajo y cómo la limpieza de la casa.

¿Qué sucedería si se plantease todo lo que aborrece, pero se considera obligado a hacer, y lo vinculase con las submodalidades del placer?
 Uno aprende a juzgar agradables unas cosas y desagradables otras. Basta, pues, volver a etiquetar mentalmente esas experiencias para percibirlas de otra manera.

Importa recordar que, lo mismo que cualquier otra habilidad, ésta exige repetición y práctica. Cuanto más a menudo se repitan conscientemente esos sencillos cambios de submodalidad, más pronto se conseguirán los resultados deseados. Quizá descubra que, para usted, cambiar el brillo o nivel de luminosidad de una imagen tiene más efecto que cambiarla de posición o de tamaño.


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ejercicio3:
minuto 6 https://www.youtube.com/watch?v=_ypLfqNfmfg&t=270s

Aqui se explica muy bien la tecnica; https://docplayer.es/41843669-La-tecnica-del-swish-una-submadalidad-de-pnl.html


Ello puede conseguirse con ayuda de lo que llamamos «el patrón del tris-tras». Sirve para tratar gran número de los problemas crónicos y los hábitos perjudiciales que se crean las personas. Con el patrón del tris-tras se toman las representaciones internas que nos colocan en un estado de impotencia, y se disparan automáticamente otras representaciones internas nuevas que nos ponen en pleno dominio de nuestros recursos tal como deseábamos. Una vez haya descubierto usted qué tipo de representaciones internas le inducen, por ejemplo, a comer más de lo necesario, mediante el patrón del tris-tras creará una nueva representación interna, centrada en otra cosa que tenga más fuerza y que, al ser vista u oída, le induzca a apartar de sí la comida. Si asocia las dos representaciones, cada vez que piense en darse un atracón la primera llamará automáticamente a la segunda y le pondrá a usted en condiciones de no apetecer los alimentos. Lo mejor del patrón del tris-tras es que una vez implantado con eficacia no resulta preciso recordarlo constantemente. El proceso se desencadena de forma automática, sin ningún esfuerzo consciente. He aquí cómo funciona:

Primera fase: Identifique el comportamiento que desea cambiar. Luego, fórmese una representación interna de dicho comportamiento como si lo estuviese viendo con sus propios ojos.  Si quiere dejar de morderse las uñas, pongamos por caso, represéntese su propia imagen y cómo levanta la mano para acercar los dedos a los labios, y cómo se pone a morderse las uñas.

 Segunda fase: Una vez se tiene una imagen clara del comportamiento que se quiere cambiar, es preciso formarse una representación diferente, una imagen de uno mismo tal como sería si el cambio deseado se hubiese realizado ya, y de lo que tal cambio significaría para usted. Trate de imaginar cómo retira los dedos de la boca, cómo se ejerce una ligera presión sobre los dedos cuya uña iba a roer, y considere sus manos perfectamente cuidadas, al tiempo que se contempla a sí mismo como una persona elegantemente vestida, de magnífica presencia y muy segura y dueña de sí. Esta imagen de uno mismo en el estado deseado debe ser de tipo disociado. Ello se debe a que necesitamos crear una representación interna idealizada, la cual iremos redibujando siempre, en vez de considerarla como algo ya adquirido.

Tercera fase: En un «tris-tras», permute las dos imágenes de manera que la experiencia torpe y triste dispare automáticamente la experiencia de seguridad y dominio. Cuando se ha conseguido montar este mecanismo de disparo, cualquier suceso de los que desencadenaban en usted el deseo de morderse las uñas suscitará luego un estado distinto, en el que aspirará a la aproximación hacia esa imagen ideal de uno mismo. Es decir, le habrá abierto a su cerebro un camino totalmente distinto para reaccionar frente a lo que en el pasado suscitaba una reacción negativa.

He aquí cómo se hace el tris-tras: empiece formándose una imagen brillante y grande del comportamiento que quiere cambiar. Luego, en el rincón de abajo a la derecha de esa imagen, superponga otra imagen pequeña y oscura, la de cómo quiere usted llegar a ser. Ahora tome esa imagen pequeña y, en menos de un segundo, aumente el tamaño y el brillo «chafando» literalmente la imagen del comportamiento que quiere abandonar. Al mismo tiempo, pronunciará usted la palabra «zumbaaa» con todo el vigor y el entusiasmo que pueda. No ignoro que esto puede parecer algo infantil; sin embargo, al decir «zumbaaa» con gran énfasis usted le envía a su cerebro una serie de poderosas señales positivas. Una vez haya construido mentalmente las imágenes, el proceso de sustitución debe efectuarse por completo en menos tiempo del que necesite para decir «zumbaaa», y ya tiene usted delante una imagen grande, brillante, nítida y coloreada de cómo desea ser. La vieja imagen de lo que usted era ha quedado aplastada y hecha polvo.

Ejercicio cambiar sonido al dialgo interno

¿Se ha visto usted atormentado alguna vez por un diálogo interno incesante

 Cuando esto le ocurra, basta con bajar el volumen. Haga que la voz suene dentro de su cabeza cada vez más suave, más lejana y más débil. Con eso el problema desaparece para la mayoría de las personas. ¿Y el caso de los diálogos internos que le recuerdan a uno sus límites? Oiga como dicen ahora las mismas cosas, sólo que con voz insinuante, en cadencia y tono provocativos, de caricia sexual

Capitulo 6 

parte 3 - https://www.laculturaesmaravillosa.com/2020/01/la-clave-para-implantar-este-patron.html

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